La Agencia de Control y Recaudación Aduanera (ARCA), a través de la Aduana, detectó animales taxidermizados en un camión que se disponía a cruzar hacia Brasil. La mercadería no había sido debidamente declarada y carecía de documentación que constatara su legal origen, por lo que fue secuestrada.
El procedimiento comenzó ante el arribo de un camión de matrícula brasileña al Centro Unificado de Frontera Santo Tomé-São Borja, en la frontera con Brasil. El vehículo, que se disponía a egresar del país en condición de lastre—es decir, sin declarar carga alguna—, fue seleccionado para un control de rutina. Sin embargo, al abrir el semirremolque para inspeccionarlo, el personal de la Aduana detectó más de 30 piezas de fauna silvestre que no habían sido debidamente declaradas.
Entre ellas, se contaban 21 cabezas de ciervo, 6 cabezas de antílope, 1 cabeza de jabalí y 1 de puma. Completaban la carga ilícita 4 colmillos de jabalí, 4 cuernos de antílope y varias bases de madera para exhibir la mercadería transportada.
Los agentes aduaneros interrogaron al conductor del camión, que declaró que los ejemplares provenían de Concordia, Entre Ríos, y que serían entregados en Brasil. Sin embargo, no presentó ningún tipo de documentación que acreditara la tenencia, procedencia ni traslado legal de las piezas. Cabe destacar, la caza deportiva de pumas es ilegal en gran parte del territorio nacional, por lo cual, al igual que el resto de las piezas detectadas, se trata de mercadería sujeta a intervenciones.