Por Bruno Sarubi, Diputado Provincial de Juntos por Entre Rios.
Nuestro pais tiene un problema que pocas veces se aborda, pero que repercute de
forma directa en las inversiones, el mercado del trabajo y en las oportunidades que brinda.
Se trata de los juicios laborales y el deficiente funcionamiento de la Justicia en la materia.
Pero en Entre Rios este problema es aun mayor.
Los datos disponibles muestran que nuestra provincia se ubica entre las que
presentan mayores niveles de conflictividad laboral en relación a su actividad económica.
Esta sobrerrepresentación en los tribunales laborales impacta sobre las pequeñas y
medianas empresas, dificultando la generación de empleo e inversión
Por ejemplo, una demanda laboral injustificada contra una Pyme de pocos
empleados puede tener consecuencias devastadoras. Si la empresa pierde el juicio laboral,
el impacto económico puede ser tan grave que la obligue a cerrar sus puertas, dejando a
todos sus trabajadores en la calle y destruyendo años de esfuerzo y trabajo.
Tenemos que trabajar por una justicia en equilibrio, comprensiva con los
trabajadores, pero tambien con quienes invierten y apuestan por generar empleo en nuestra
provincia. En Entre Ríos ese equilibrio está roto. Los largos procesos judiciales y la falta de
una mirada que comprenda ambas perspectivas del trabajo convirtieron a nuestra provincia
en un territorio de altísimo riesgo para quienes invierten y generan empleo.
Resulta impostergable aplicar las reformas pertinentes para cambiar la situación. La
alta litigiosidad laboral de nuestra provincia desalienta nuevas fuentes de trabajo y perjudica
a los trabajadores; mas juicios laborales son menos empleos en blanco, lo que se traduce
en menos derechos y beneficios.
Es fundamental que comencemos a ser plenamente transparentes sobre la realidad
que enfrentamos. Este es un momento crucial en el que la verdad no puede seguir siendo
ignorada ni pospuesta. La responsabilidad de este cambio recae sobre todos nosotros:
desde los legisladores que crean y modifican las leyes, pasando por los jueces que las
aplican, hasta los empresarios que invierten la economia, los trabajadores que son la
columna vertebral de la producción y la sociedad civil que, como conjunto, debe exigir un
sistema más justo y equilibrado.
Hay que dar el primer paso hacia una reforma integral, que no solo corrija las
estructuras ineficientes y desajustadas, sino que también nos permita recuperar el equilibrio
que perjudica a todos: empresarios y trabajadores.
Si realmente aspiramos a salir adelante, a superar los obstáculos que nos han
frenado hasta ahora, no podemos seguir atados a un sistema judicial que, en vez de
fomentar la productividad y la justicia, castiga a quienes se esfuerzan por generar empleo y
riqueza. Un sistema que, en lugar de promover el trabajo formal y proteger los derechos de los trabajadores, crea condiciones que desmotivan y dificultan la formalización del empleo.
Esto solo contribuye a perpetuar la informalidad y las desigualdades.
Entre Ríos tiene un potencial enorme. Nuestra provincia cuenta con los recursos y
las capacidades necesarias para avanzar y prosperar. Para lograrlo debemos estar
dispuestos a enfrentar los temas que se evitan o se postergan. Debemos abrir el debate,
nación y provincia, sobre cuestiones fundamentales que, aunque suelen ser incómodas, son
esenciales para poder transformar la realidad y construir un futuro mejor para todos.