La funcionaria, que cumplirá en octubre un año frente a esa oficina del Ministerio de Economía, dijo en el marco del Foro LIDE Argentina, ante empresarios y economistas, que la situación obliga a "gestionar la poca oferta disponible y administrar la demanda" mediante medidas paliativas. Obviamente, hablaba de compras de energía al exterior, para situaciones en las que el sistema eléctrico argentino sea capaz de transportar esas inyecciones de otros países y así mejorar la oferta disponible por la generación nacional, o directamente de los llamados cortes preventivos: antes de que se produzcan colapsos por sobrecargas de potencia que luego resultan más onerosos y provocan daños mayores en las instalaciones y la provisión del servicio.
La Nación ha reactivado el Comité de Seguimiento del Plan de Contingencia 2024-2026, formado por esa secretaría con empresas del sector eléctrico para enfrentar los picos de demanda previstos durante los meses de verano. Se estudian variables como las proyecciones climáticas para ese período y se analiza el comportamiento histórico de la demanda, que en 2024 decreció: la Argentina usó -1,15% la energía eléctrica a lo largo del año pasado respecto de 2023. E incluso, durante el mes de diciembre en el que se repitieron los apagones antes de las fiestas de fin de año la demanda fue menor al mismo mes del año anterior, en -3,92%.
Por ahora no hay anuncios concretos de obras. La Nación mantiene su posición de despertar en el sector privado interesados en tomar riesgos para "crear un ambiente regulatorio confiable para fomentar la inversión privada en todos los eslabones de la energía y aprovechar la ventana de oportunidad de las reservas de gas y crudo". Tettamanti explicó que el camino a desandar respecto del Estado y el sector está atado a las contingencias electorales de 2025. Mientras tanto, no hubo avances en infraestructura respecto de la situación que ya pasaron los argentinos durante el verano anterior.
El país "no cuenta con una potencia instalada suficiente como para pasar los picos de demanda de forma tranquila", admitió la responsable del área. Durante el verano pasado, aún con temperaturas moderadas, se alcanzó un pico de 30.240 MW de demanda el 10 de febrero, impulsado por el consumo residencial. Este año la situación se anticipa más compleja, ya que no se incorporó nueva infraestructura y los proyectos en curso (llamados a licitaciones que todavía no fueron adjudicados) no tendrán impacto antes de 2027.