Carta abierta
A la comunidad en general, docentes, estudiantes, egresados y futuros ingresantes del Instituto Superior en Ciencias Agropecuarias y Disciplinas Industriales, más conocido como ISDICA de la ciudad de Concordia. En vísperas de una nueva Marcha Educativa Nacional, en donde toda la sociedad es convocada a defender la Educación Pública, garante de derechos que viene siendo atacada por las políticas de ajuste y vaciamiento del gobierno nacional como provincial, llegamos a ustedes a través de éstas breves pero sentidas líneas, para hacer visible la preocupación que nos asiste actualmente como Instituto de Formación Docente encargado de formar a Profesores para enseñar Física, Química, Matemática, Biología y Educación Tecnológica, en el nivel secundario como así también primario. Es un instituto que nuclea las ciencias básicas y ofrece educación superior pública y gratuita a gran parte de la población comprendida en la Costa del Río Uruguay.
Como es de público conocimiento, las/los docentes de Entre Ríos estamos atravesando un contexto de lucha y movilización por las políticas educativas y económicas impulsadas en los últimos tiempos por los gobiernos nacional y provincial, exigiendo mejores condiciones salariales, laborales y de infraestructura para todo el sistema educativo. Es en este contexto que particularmente a nuestra institución llegan representantes del Consejo General de Educación, más precisamente de la Dirección de Educación Superior, para anticipar un “plan de optimización que implica una reestructuración del formato y cursado de las carreras” que forman parte de nuestra oferta educativa, lo que implicaría la destrucción del profesorado tal como lo conocemos y la pérdida de fuentes de trabajo, con incidencia directa en la calidad de propuestas formativas para el desarrollo integral y profesional de quienes deciden configurar proyectos de vida, asociados a la posibilidad de formarse en el nivel superior en carreras docentes.
Esta situación es alarmante, sobre todo cuando los fundamentos esgrimidos encierran contradicciones visibles en lo discursivo y en la práctica, intentando disfrazar o desviar las reales intenciones detrás de palabras que parecen vacías, asociadas “al sostenimiento y cuidado de trayectorias educativas” o a “la mejora en la formación docente”. En este sentido, se parte de un mero análisis de datos numéricos, sin contemplar o reconocer la particularidad que caracteriza a los estudiantes de nivel superior, así como el trabajo que diariamente realizan los docentes en ISDICA en cada una de las unidades curriculares a cargo. Por otro lado, las acciones propuestas, lejos de atender o resolver las problemáticas identificadas, las profundizan al mismo tiempo que precariza aún más el trabajo que debe realizar el cuerpo colegiado de docentes en el sistema formador, ampliando las demandas laborales a costa de “recorte y/o reducción de horas cátedras y aulas superpobladas” con el fin de “optimizar recursos”. Nos hablan de “eficiencia y eficacia” como si fuese un eslogan fácil de aplicar en educación, cuando nosotros intentamos por todos los medios posibles garantizar acceso, equidad e igualdad de oportunidades, sin distinción alguna y con los pocos recursos que logramos gestionar institucionalmente.
Aparecen planteos vinculados a la implementación de nuevas estructuras troncales curriculares que nuclearían agrupamientos de estudiantes de diferentes carreras para un mismo docente, lo que en realidad lejos de fortalecer la educación superior y el sistema formador de futuros formadores, continúa debilitándola.
Queremos que sepan que nos pasamos largos años de nuestras vidas enseñando a futuros docentes todo aquello “en lo que no se deben convertir”; aspectos asociados al compromiso y responsabilidad que implica esta tarea, a reconocer los sujetos que habitan la escuela, promover prácticas y acciones que busquen contribuir a una formación integral y de calidad, gestionar espacios genuinos de escucha, diálogo, intercambio para atender todas las voces, comprometerse ética, política y socialmente para transformar la realidad de las/os estudiantes y comunidades, entre muchas otras cosas más. Para nosotros no son discursos banales, son acciones que impulsamos porque estamos convencidos que así se logran y promueven los cambios reales en educación, apostando e invirtiendo desde el lugar que nos toque habitar. Esto implica que el cuerpo docente esté en constante formación y actualización de sus saberes para fortalecer las prácticas de enseñanza, acceder y sostenerse en el nivel superior.
Por eso nos encontramos en la necesidad de sensibilizar a la vez que alertar sobre estas posibles decisiones e implementaciones, que lejos de favorecer o fortalecer el sistema formador, refuerzan la idea de que el costo siempre lo tenemos que asumir quienes estamos en las aulas. Por todo ello decimos:
● NO a la reestructuración curricular con esas lógicas.
● NO a la perdida de especificidad de las cátedras/asignaturas
● NO a la pérdida de horas cátedras para el desarrollo de las unidades curriculares de cada carrera.
● NO a la precarización del trabajo docente en el Nivel Superior.
● NO al vaciamiento de la educación superior y de la formación docente inicial.
● SI a mayor presupuesto para educación, salarios docentes y condiciones de infraestructura y equipamiento para todos los niveles educativos.
No vamos a esperar pasivamente a que otros decidan qué es más conveniente para nuestra institución, vamos a defender el derecho a la educación de calidad y con equidad en los Institutos de Formación Docente, sosteniendo las 5 carreras que tiene nuestro instituto y luchando para que todos los que trabajamos en el Nivel Terciario podamos acceder a condiciones de estabilidad laboral como en el resto de los niveles.
De parte de quienes trabajamos, enseñamos, aprendemos y hacemos de ISDICA, una institución comprometida con el trabajo, la formación y la educación.
