Allí se procedió a detener la marcha de un automóvil Audi A4, que hacía su ingreso a la provincia proveniente desde el norte. El vehículo era conducido por un hombre mayor de edad al cual acompañaban otras dos personas más, unas de ellas mujer, tres de ellos domiciliados en Córdoba y el restante en provincia de Buenos Aires.
Inmediatamente después, el mismo personal policial detuvo la marcha de un segundo automóvil, en este caso un Fiat Argo en el cual solo se desplazaba su conductor: un hombre mayor de edad oriundo de la provincia de Buenos Aires.
Una vez finalizado el control primitivo del segundo automóvil y ante el nerviosismo de su conductor, se profundizó el control con el can narco detector y su guía natural. Fue entonces que la perra «Eve» cambió inmediatamente su actitud sobre el asiento trasero del automóvil por la presencia de drogas.