Con los datos de mayo, el incremento de precios acumula un salto de 11,9%. Eso ya es cerca de la mitad de la nueva meta no oficial de inflación para 2018 de 27% para diciembre, de acuerdo a la carta de intención comunicada al Fondo. Y si bien el dato de mayo podría verse como un "respiro" luego de la inflación más alta del año en abril (2,7%), no tranquiliza el panorama de cara a junio.
La medición del Indec está por debajo de lo que esperaban la mayoría de las consultoras, que era más cerca del 2,5%. El menor nivel de actividad durante el mes actuó como un desacelerador de la transferencia a precios, pero el potencial de aumento se sostiene.
Efecto arrastre para junio
El primer impacto de lo que se viene para junio se puede vislumbrar en los números de inflación en precios mayoristas, también publicados hoy. En mayo ese índice (SIPM) reflejó un salto mensual de 7,5%, planteando un escenario interesante para junio, sobre todo cuando los principales aumentos del mes se concentraron en los productos importados. Estos aumentaron un 15,3% respecto de abril.
Otro "anticipo" de la inflación de junio se ve en los costos de construcción. En mayo, el índice de costos de construcción mostró un aumento del 2,2% respecto del mes anterior. Lo interesante en este caso es que el rubro de "Materiales" subió un 6,2%, motorizando la suba de los costos, que respecto del año pasado alcanzó un aumento del 30,9 por ciento.
Se espera que la inflación de junio sea donde se vea principalmente el efecto de la devaluación de 20% que ocurrió en tal solo tres semanas. Se espera que la nueva banda para ese mes sea entre 2,5 y 3%, particularmente por el arrastre estadístico que queda de mayo. "Para junio, tenés 3 frentes complicados que podrían llevar la inflación a la zona de 3%: suba en naftas de 5%, suba en transporte, inflación en alimentos acelerando arriba de 3% a partir del arrastre que dejó Mayo (2,5%) y el traslado a precios de la suba del dólar", enumera Federico Furiase, economista jefe de Eco Go.