Concordia, Entre Ríos ARG
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Locales  Sábado 24 de Septiembre del 2016 - 13:03 hs.                615
  Locales   24.09.2016 - 13:03   
El cruce vecinal desde Concordia a Salto crece cada mes.
Los comerciantes de Concordia atraviesan uno de los momentos más difíciles de los últimos tiempos.
A la presión impositiva y a las bajas ventas que registran como en otras ciudades del país, se les sumó una complejidad: los uruguayos no cruzan a realizar compras por la continuidad de la medida Cero Kilo y los vecinos de la Capital del citrus encuentran en Salto productos más baratos. Frente a esto, desde el sector pidieron medidas con urgencia.

El cruce vecinal desde Concordia a Salto crece cada mes. Es que hay un conjunto de productos que son más baratos en el país charrúa. La ropa por ejemplo cuesta menos en Uruguay, lo mismo el calzado, aunque sea de menos calidad. Otro ejemplo son los neumáticos: por el precio de dos que se pueden comprar en Concordia, del otro lado del charco se completan los cuatro. El free shop de aquel lado, el que está después de la aduana, es uno de los atractivos principales para quienes quieren tecnología de alta gama: valen la mitad o menos, y muchos ni los declaran para no pagar el impuesto. Pero también se cruza a Salto para salir a la noche y la gastronomía, el cine, la salida en general pierde en la ciudad entrerriana.

"Lo que afecta es que nosotros tenemos una libertad para ir allá a realizar compras y ellos no. Hay medidas que se pueden tomar. Cuántos años les vendimos combustibles subsidiados a ellos. Ahora con la nafta está más parejo. El gobierno de ellos bajó los precios a 150 kilómetros de la frontera y les da otro descuento con tarjeta. Esas son medidas. Nosotros también las planteamos", dijo a Uno Diego Lago, presidente del Centro de Comercio e Industria de Concordia.

Ocurre que aquellos uruguayos que quieren comprar en Entre Ríos, luego no pueden cruzar la aduana por esa medida de protección al comercio que instauró el expresidente José Mujica y que hoy continúa vigente: el Cero Kilo.

El deseo de que en Concordia se instaure una medida similar existe, pero desde el Centro de Comercio son cautos y bregan por la unidad entre las dos ciudades hermanas. "No podemos prohibirle a nadie que compre en Salto, pero pedimos igualdad de condiciones", dijo Lago, y explicó que hicieron un pedido formal a los dos consulados para que traten esta situación; en otras palabras quieren que el Cero Kilo se levante para que los vecinos de Salto puedan comprar en Concordia. "Esperamos respuestas", agregó Lago, y dijo que hubo instancias en donde la comuna local planteó el problema y lo tiene presente.

Pero además de esa situación, Lago sostuvo que a Concordia hay que agregarle el cambio de la moneda y la presión impositiva. "Todo hace a un combo que para el comercio es negativo y provoca que la gente se vaya de aquel lado a comprar", reafirmó.

Lago dijo que cada mes las ventas muestran números que están en baja y aquellas semanas que parecen mejorar, no son más que una meseta para sostener a duras penas lo que se tiene. Sostuvo que hasta incluso hay disminuciones, sobre fin de mes, de los productos de la canasta básica. Agregó también que hay una franja de rubros destinados a sectores medios que están en franco retroceso.

"La realidad es que a esta problemática también se le agregan los costos energéticos y la carga tributaria: Concordia es la número uno en esto último. Por suerte a nivel municipal ya empezamos a trabajar con una mesa de diálogo para ver si logramos modificar alguna tasa comercial", aclaró Lago.

Lo cierto es que la situación del comercio en general no atraviesa un buen momento, pero en la Capital del citrus, como en otras ciudades de la costa del río Uruguay, se piden medidas a los gobiernos para superar el momento.

Hay pérdidas de puestos laborales que eran formales

Diego Lago, presidente del Centro de Comercio de Concordia, explicó que la actividad representa hasta el 70 por ciento de la actividad económica de la ciudad y hoy se encuentran con dos fenómenos. Por un lado aumentó el cierre de comercios en la zona del centro y hay traslados a zonas más alejadas. Esto generó la pérdida de puestos de trabajo formales. Donde había cuatro o cinco empleados, quedaron uno o dos. También crecieron las ventas en casas de familia en lugar de un salón comercial.

Por otro lado hay una proliferación de kioscos, verdulerías y panaderías pequeñas como una manera de subsistir frente al cierre de establecimientos más grandes. "Es señal de que hay gente que se queda sin empleo y busca la forma de subsistir", sostuvo Lago, y agregó: "No hay herramientas para el pequeño comerciante. No hay ayuda para levantarlo. Pedimos hasta una moratoria municipal que con criterio aceptaron y votaron a favor. Es una oportunidad para que no se cierren los comercios", dijo Lago sin perder la preocupación.