Pampita y Benjamín Vicuña padecieron el momento más difícil de sus vidas hace tres años, cuando su hija Blanca, de solo 6 años, falleció como consecuencia de una neumonía hemorrágica. Si el arte sirve para exorcizar el dolor, el actor chileno llevó este ejercicio al extremo.

En los últimos días, se presentó en el Festival de Venecia la película La memoria del agua, en la que Vicuña es protagonista y junto a su pareja del filme (Elena Anaya) sufren la muerte de su pequeño hijo.

"Dentro de quince años voy a mirar atrás, y voy a ver y entender por qué hice esta película. Porque hoy es difícil de entender, porque fue un arrojo, una demanda, una exigencia feroz, pero creo que con el tiempo voy a terminar de entender de dónde salió el coraje y la valentía para hacer esto", manifestó Vicuña en declaraciones a Clarín.

"Muchas veces va el cuerpo delante de la razón, de las ideas. En ese sentido tuvo que ver con la intuición, el deseo, el llamado de ser parte de este proyecto maravilloso. De hecho, yo llamé al director, lo admiraba mucho y me puse a su disposición, porque quería participar, sea como sea, colaborando con el guion, como productor o como actor", profundizó al respecto.