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Internacionales  Sábado 19 de Abril del 2014 - 10:24 hs.                3579
  Internacionales   19.04.2014 - 10:24   
En el Coliseo romano.
El Papa Francisco recordó a los inmigrantes y a las mujeres golpeadas durante el Vía Crucis.
El Papa Francisco presidió el Vía Crucis que se realizó en el Coliseo romano, sitio que había sido elegido en 1964 por Pablo VI para celebrar el rito como símbolo de la persecución a los primeros cristianos. Este viernes, el pontífice argentino rezó por los enfermos, pobres, los inmigrantes, las mujeres víctimas de violencia, los explotados y nuevos esclavos del mundo moderno durante las 14 Estaciones en que fue llevada la cruz. Miles de fieles asistieron al Vía Crucis que encabezó Francisco en Roma.

“Guíanos Jesús de la cruz a la resurrección. Enséñanos que el mal no tendrá la última palabra, sino el amor, la misericordia y el perdón. Recordemos a los enfermos, a las personas abandonadas para que encuentren bajo la cruz la fuerza de la esperanza”, proclamó.

Cada Estación estuvo acompañada por las meditaciones sobre temas de actualidad que este año Francisco encargó escribir al arzobispo italiano de Campobasso, Giancarlo Maria Bregantini.

Francisco rezó por los inmigrantes, las mujeres víctimas de la violencia, los explotados y nuevos esclavos del mundo moderno durante el Vía Crucis nocturno. “Recordemos a los enfermos, a las personas solas, abandonadas, que viven bajo el peso de la cruz para que encuentren bajo ese peso la fuerza de la esperanza, de la resurrección y el amor de Dios”, dijo el pontífice al término del rito al que asistieron unas 40.000 personas.

El Papa llegó a las 21 locales al célebre monumento romano, en donde miles de personas, turistas y religiosos, la mayoría con antorchas, lo esperaban. Francisco, de 77 años, asistió como el año pasado al rito desde la terraza del Palatino, frente al imponente anfiteatro romano, sin recorrer a pie las 14 estaciones.
Según la leyenda, fue en el Coliseo donde los cristianos fueron arrojados a los leones durante las persecuciones de los primeros siglos después de Cristo.

En las meditaciones, Bregantini afrontó asuntos de actualidad como “las injusticias que ha causado la crisis económica, con sus graves consecuencias sociales: precariedad, desempleo y despidos”, como se puede leer en el texto ya publicado por el Vaticano. Hubo un recuerdo a “todas las madres que sufren por sus hijos lejanos, por los jóvenes condenados a muerte, asesinados o enviados a la guerra, especialmente por los niños soldados”.

Pero también, recordando el sufrimiento de María, se mencionó a las “madres que velan en la noche, con las luces encendidas, temblando por los jóvenes abrumados por la inseguridad o en las garras de la droga y el alcohol, especialmente las noches del sábado”.

Meditaciones en las que también se “lloró” por “esos hombres que descargan sobre las mujeres la violencia que llevan dentro” y por todas las mujeres esclavizadas. Tras el Via Crucis, el Papa pronunciará algunas palabras.

La Pasión de Cristo

Más temprano y ante cientos de fieles, el papa Francisco encabezó la Pasión de Cristo en la basílica de San Pedro en el Vaticano con motivo del Viernes Santo, cuando los cristianos conmemoran la crucifixión de Jesucristo.

Durante la ceremonia, en la que no se oficia misa y no hay consagración pero sí comunión, el Papa, vestido con los paramentos rojos, se tendió en el suelo ante el altar de la confesión para orar. Según la Iglesia católica debajo descansan los restos del apóstol San Pedro.

Luego se procedió a la lectura de la Pasión de Cristo, cantada por tres diáconos y por el Coro de la Capilla Sixtina y ante una cruz tapada con un velo rojo. La homilía estuvo a cargo del predicador de la Casa Pontificia, el franciscano Raniero Cantalamessa, quien enfatizó que “el dios dinero se encarga de castigarse a sí mismo y a sus propios adoradores”.